Si hay alguien en Dragon Ball cuya vida parece tener un botón de "continuar" apretado eternamente, ese es Trunks. Desde que nació, el pobre muchacho no ha conocido otra cosa que problemas. Vamos, hasta el propio destino parece tenerlo en la mira, como si el universo dijera: "Oye, Trunks, ¿te gustaría un poco más de sufrimiento? Vamos a hacer que el futuro sea un poco más oscuro". Y así, sin pedirlo, Trunks se convirtió en el tipo con más mala suerte de la saga. Pero, ¿quién dice que tener una vida de perros no puede hacerte un héroe?
Un Héroe Que Nació Con Una Sombra Muy Grande: Vegeta y Bulma
Vamos a empezar por lo básico, porque hay que entender la cantidad de mal karma que Trunks parece haber heredado. Nació hijo de Vegeta y Bulma. A ver, dos cosas muy claras: 1) Vegeta no es un tipo que ande por la vida preguntando por el bienestar de los demás (salvo cuando alguien le pisa el orgullo), y 2) Bulma puede ser la mujer más inteligente del planeta, pero la pobre parece tener un radar de malas decisiones en cuanto a relaciones sentimentales se refiere. Dicho esto, no es sorpresa que Trunks crezca rodeado de expectativas ridículas y una constante presión para ser algo más que una simple "bala perdida".
Por un lado, su madre espera que sea un genio, como ella (y que además salve el mundo, como si eso fuera un proyecto de fin de semana). Por el otro, su padre, el orgulloso príncipe saiyajin, espera que el chico sea tan despiadado y fuerte como él, aunque no parece muy convencido de que el pequeño Trunks sea su "legítimo" heredero. Por si fuera poco, en su niñez, el pobre niño también tiene que ver a su padre ser derrotado una y otra vez. ¡Qué divertido! Como si tu padre fuera el tipo que pierde en todos los videojuegos, y tú sigues esperando que un día gane.
El Futuro: El Peor "Futuro" de Todos
Y ahora, vámonos al meollo del asunto: el futuro de Trunks. ¿Por qué el universo decidió que Trunks necesitaba un futuro más negro que el alma de Célula? Ah, sí, por supuesto, porque todos necesitamos sufrir un poco, ¿verdad? Aquí es donde empieza a parecer que el pobre Trunks tiene la peor suerte del universo. No solo su futuro está plagado de amenazas apocalípticas (gracias, Androides 17 y 18), sino que también tiene que enfrentarse a la más dolorosa de las realidades: la muerte de su madre, la de su mejor amigo y la del propio Goku (como si la serie necesitara menos muertes).
Es como si el universo hubiera hecho un esfuerzo especial para asegurarse de que Trunks nunca tuviera ni un minuto de paz. "¿Qué tal si un día Trunks se levanta, desayuna y descubre que todo está en orden? Nah, mejor que no". Así que Trunks, armado con una espada más grande que su confianza, se ve obligado a viajar al pasado, con la esperanza de cambiar un futuro que se ve más negro que el bigote de Vegeta después de un mal día. Y aunque, claro, parece que en el camino tiene aliados, como Goku, Piccolo, y, bueno, la legión de guerreros Z, el pobre sigue sufriendo. Nada fácil para un niño que tenía que estar jugando a las cartas con Goten, pero, en cambio, se ve enfrentando a una versión apocalíptica de la Tierra.
El Trunks del Futuro: El Último Bastión de Esperanza... o No
Pero Trunks no se rinde. A pesar de todo, el chaval sigue siendo el faro de esperanza del universo. Porque, claro, si el mundo está a punto de explotar, es lógico que lo deje en manos de un niño de 12 años con problemas de autoestima, ¿verdad? Pero el chico se la juega. Ya no es solo el hijo de Vegeta y Bulma, ni un guerrero cualquiera; ahora es el único que puede salvar a la humanidad, aunque no tenga ni idea de cómo hacerlo. Eso sí, lo hace con una espada que podría cortar el universo en dos (y quién no querría algo así).
El Trunks del futuro es uno de esos personajes que, incluso cuando la esperanza parece estar agotada, te recuerda que en lo más oscuro siempre hay una chispa. Claro, es la chispa que al principio parece una bombilla rota, pero aún así es algo. A pesar de que su viaje a través del tiempo es un constante recordatorio de lo mal que ha ido todo en su vida, el hecho de que siga peleando es lo que lo convierte en un héroe que da ganas de seguir viéndolo. Porque, seamos sinceros, a nadie le gustaría estar en sus zapatos. A veces, el futuro está tan plagado de problemas que la única opción es inventar uno nuevo.
Trunks y la Larga Espera por la Aprobación de Vegeta
Ahora, un tema que nunca deja de ser interesante es la relación entre Trunks y su padre, Vegeta. Es más o menos como estar atrapado en un reality show donde tu objetivo es que tu padre (que no tiene tiempo para tonterías) te dé un poco de aprobación. Y eso, por supuesto, nunca es fácil. Porque, ¿quién va a decir que Vegeta es el padre del año? No, señores. En su mayoría, lo que uno recibe es un "¡Entiéndelo, eres un saiyajin, demuestra tu fuerza!" mientras el pobre Trunks se deshace de una cantidad de complejos que harían que un psicólogo tuviera que pedir un día libre.
Lo más interesante de su relación es cómo evoluciona. Desde el distanciamiento absoluto hasta algunos de los momentos más emotivos en los que, aunque Vegeta no lo diga en voz alta (porque la emoción le sale por la boca en forma de gritos), el tipo está orgulloso de su hijo. Como si tuviera que recordar a todo el mundo que sí, Trunks es su legado, y si alguien va a salvar el universo, sería él (en la teoría, claro).
Conclusión: ¿Héroe o Simplemente... Desafortunado?
Al final del día, Trunks no es solo el hijo de Vegeta, ni el chico que viajó en el tiempo. Es el guerrero que, a pesar de la constante adversidad, sigue buscando el lado brillante en un mundo que parece estar empeñado en aplastarlo. Es un personaje cuyo futuro parece siempre estar al borde del colapso, pero sigue adelante porque, bueno, alguien tiene que hacerlo, ¿no? Si no eres tú, ¿quién?
Así que, si alguna vez te sientes mal por la vida, recuerda: hay un niño de 12 años llamado Trunks que ha tenido que enfrentarse a un futuro tan horrible que incluso su madre se quedó sin palabras. Y aún así, sigue luchando. Tal vez no te vaya tan mal después de todo. A menos que seas Trunks... entonces, buena suerte, amigo.
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